lunes, 22 de diciembre de 2008
Una noche mágica
Voy a contarte un secreto
No hay distancia del horizonte al dedo si cierro un ojo.
Con una goma podría borrarlo.
La distancia de mi ojo al horizonte, si estuviera tumbada en la playa, con un mar planchado de olas, sería de 1 kilómetro, ola más o menos.
Si me levantara, el horizonte crecería en lejanía, iría corriendo hasta el borde de un plano imaginario.
Y tendría que correr al menos cuatro kilómetros y medio, para comprobar que siempre él es más rápido.
No lo alcanzaría por mucho que las olas hicieran de caballo. Por mucho que las corrientes me arrastraran al galope.
Subida como estoy a la meseta manchega podría ver un horizonte casi inexistente, 300 kilómetros más allá. Pero no veo nada.
Veo caminos, sequía, campos y más campos, y mucha tierra y polvo.
¿Dónde está el horizonte azul?
Será cuestión de sacar un hacha gigante, y comenzar a dar machetazos a ver si logro quitar todo lo que sobra, para que pueda ver un horizonte inmenso, casi curvado que me deje subirme a él.
Sería genial poder caminar como un trapecista, por la línea que separa cielo y tierra, agarrar un pellizco, arrugarlo y esperar a prender una pequeña hoguera con el último rayo de sol, y que seguro sería un aviso indicando que todo va a ir mejor.
Allí, a trescientos kilómetros de la orilla que hubiera labrado yo misma en mitad de estos campos áridos, pediría mi propio deseo en esta noche mágica.
Noche llena de estrellas y sombras... de miradas intensas... de promesas cobijadas por la ilusión...
Una noche donde todos los sentimientos están a flor de piel, donde se junta la alegría con la tristeza, el amor con el desamor, la felicidad con la melancolía.. .
Es la noche de pasión y de pensamientos concretos y abstractos, única para declarar deseos.
Asi que no se te asustes si se oyen golpes, es mi hacha.
Voy a conseguir ver el horizonte, aunque sea desde aquí.
Voy a prender mi hoguera allí.
Necesito de ese último rayo y que el deseo se cumpla.
Quiero seguir viendo muchos más atardeceres, ya sea en mitad del campo, ya sea en mitad del mar
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