sábado, 14 de febrero de 2009

Lo que es


Los lazos del rencor.- Tenemos que darnos cuenta que perdonando a alguien, si en cierto sentido le hacemos un bien a esa persona (liberándola de una deuda) en nuestro interior, ante todo nos hacemos un bien a nosotros, porque recobramos la libertad que el rencor y el resentimiento nos podrían haber hecho perder.
Somos tan dependientes de las personas a las que aborrecemos como de las que amamos en forma exagerada. Cuando tenemos rencor por alguien no dejamos de pensar en él; nos inudan sentimientos negativos que agotan gran parte de nuestras energías; y se produce un "bloqueo" que no nos deja psicológica ni espiritualmente disponibles para vivr los demás aspectos de nuestra vida.

Cuando alguien nos ha hecho sufrir, nuestra tendencia espontánea es a guardar cuidadosamente el recuerdo de ese daño, como una "factura" que esgrimir en el momento oportuno para exigir cuentas y hacer pagar al otro lo que nos debe. Pero no somos conscientes que esas facturas acumuladas terminan por envenenar nuestra vida. Es mucho más inteligente perdonar toda la deuda, tal como nos invita el Evangelio: y a su vez nos perdonará todo a nosotros y nuestro corazón quedará libre.
Todos hemos experimentado cómo el resentimiento guardado por otra persona nos lleva a perder la objetividad con ella. Entonces todo lo vemos negro y nos cerramos a todo lo bueno que pueda tener o que quiera darnos.

Oración.
Dios, conozco personas que han guardado su rencor y resentimiento por alguien y han sido esclavas de eso toda la vida. Parece agudizarse en esas personas una tendencia a ver casi todo desde un punto de vista negativo y acumulan y acumulan quejas y reclamos en general. Para ellas parece mucho más difícil ver lo bueno que hay en sus vidas. Y hay tanto de positivo, de bueno, de agradable que les pasa desapercibido, están centradas en el lado oscuro de la vida. Luchar por ver cuánto tenemos que agradecerte a ti que nos das tanto bien : cualidades, dones, capacidad, posibilidades, etc vale la pena.
Un ejemplo: ¿se habrán puesto a pensar alguna vez en el privilegio que significa ver en colores todo lo que miramos? ¡es precioso! Se puede pasar largo rato admirando las tonalidades de los distintos colores de verde en la naturaleza. No es fácil perdonar, pero indudablemente vale la pena intentarlo y la ayuda de Dios es indispensable para lograrlo.

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