viernes, 23 de octubre de 2009

el aprendizaje sobre el amor


No podemos controlar todos los aspectos del amor. No podemos vivir de espaldas al hecho de que es un sentimiento que responde a una realidad evolutiva y que su dimensión pasional tiene una fecha de caducidad.

Aprender debería aplicarse a todo. Aprender -transformarse, evolucionar- es la base del fluir de la vida. Da sentido a nuestras experiencias.

En el amor nos enfrentamos a los brotes de posesividad que implican una falta de respeto a la libertad del otro; a la obsesión, al deseo de controlar y de dominar, a las trampas múltiples que nos tiende el ego, que quiere utilizar al otro para sentirse mejor, porque nos da la sensación de ser menos vulnerables.

Y sus consecuencias impiden la transformación de uno mismo y arrastra una carga de sufrimiento personal que marca, o incluso rompe psíquicamente a la persona que lo padece.

Algunos credos, a menudo equivocados, lastran nuestras expectativas y nos impiden disfrutar del amor cuando éste llega a nuestras vidas.

El amor en realidad es una extraña forma de intuición. El amor no es ciego en el sentido de que los enamorados no ven al otro de una manera objetiva, se subestima el concepto del amor. El amor verdadero y recíproco -no la fantasía amorosa o las proyecciones- nos permite ver al otro sin juzgarlo, traspasando las barreras de la coraza del ego. Cuando miramos a alguien con amor vemos más allá de las interferencias de su ego.

Desde el amor incondicional vemos, o más bien intuimos, lo que esta persona podría llegar a ser sin las interferencias de sus patrones emocionales negativos y de su ego. Captamos el potencial positivo de esa persona.

Esa aceptación del otro, que percibimos a través del amor incondicional, da fuerzas al que es amado para creer en sí mismo y abre de golpe canales de expresión de la persona.

El amor es el reconocimiento del potencial del amado y actúa como una energía que transforma. La mirada y el amor del otro nos dan vida y nos ayudan a transformarnos. Por eso la persona enamorada irradia esta seguridad al mundo exterior.

Si comprendemos que la fuerza del amor radica en mantener esta visión positiva del otro, evitaremos caer en la crítica y en el reproche constantes. Tal vez por ello dicen algunos psicólogos que el desprecio de la pareja es la muerte del amor. Cuando perdemos la visión positiva de la pareja perdemos el sentimiento del amor incondicional que sentimos por ella.

Si queremos evitar dañar nuestra relación afectiva y lastrar la confianza y autoestima del otro, hay que procurar no caer en las actitudes que implican desprecio hacia la pareja. La crítica y el desprecio no son compatibles con el amor. El desprecio mata el amor. Estar a la defensiva frente a la pareja lleva a la cerrazón emocional.

Aprender a amar y a ser amado de forma incondicional es una de las herramientas más poderosas que existen de transformación personal y de reconciliación de una persona consigo misma.

Goethe lo describía diciendo: “Trata a las personas como si fueran lo que deberían ser, y ayúdalas a convertirse en lo que son capaces de ser”.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No estoy deacuerdo con lo ultimo :(

Anónimo dijo...

Y dan nota o no ajjajaj cuando has aprendido deveria de haber examenes en esoo del amor ajjaja pero quien sabe el amor es un cosa q no se explica... sino se vive quizas sea una ilusion ....... quimica o fisica pero el amor es muy muy maravilloso .. ...

şevval nur dijo...

:) si huviera una nota en ello, ´sacaría cero, pues muchas veces hacemos tonterías :)))
y sobre lo ultimo...yo no lo escribi :D fué goethe :D asi q si kieres mandale un post a él :D :D :D gracias por el coment :)